la sombra el recuerdo

Abriendo el día sus ojos
están solo mi ausencia y la sombra de tus pasos
las calles caminan por la sombra de esos días
los charcos te aparecen una y otra vez

yo busco tu voz en los picos de los pájaros
yo busco tu aliento en las lilas copas de los árboles
esperando la esperanza con mi vicio por la lluvia
para en gotas contemplar tu huida por las coladeras

los charcos te aparecen una y otra vez
los charcos huyen y se cuelgan del viento
-¡ese ojo monstruoso y calorífico!-
se evapora la memoria

y se va también el día y cae la noche
yo escalo en esa gran pared oscura
y busco la vereda noche en mi garganta
en su silencio, en la voz reseca

yo no me entristo -dije-
seguiré buscando
sepa dónde y cuándo -seguiré buscando-
volviendo a abrir la puerta de la noche

agitando sus cortinas
a ver si alguna mosca o alguna estrella
sale veloz palpando el aire
y con su ruido alguna pista

de nuevo
la noche se pronuncia en la garganta
la luna solo escucha palabras oscuras
la luna se esconde

me quito los lentes -que pinche necedad-
estoy en la noche de mi garganta
buscando la lumbre de tus ojos
la noche camina en mi garganta

en la voz va dejando pasos
en la voz va saciando su sed
sigo buscándote -que pinche necedad-
la noche no me dice nada

y yo la escupo en un gargajo al mar
la luna se disuelve
(en eso que es como su levadura)
no habiendo esfera gravitacional las olas perecen

los peces salen a broncearse
nadando de muertito
el mar como los charcos de la calle
la sombra flota donde el sol no respira.