Poética PROSAica (trivial)

Qué fácil es cuando uno piensa lo que siente. La poesía no me parece un ejercicio dictatorio que nace del corazón. Si en cambio, como pessoísta, “no tengo filosofía, tengo sentidos…”.
Abordo la poesía como ejercicio estético más que intelectual, prefiero a los dedos vagabundos e imprecisos. No soy un hombre de ideas: he decidido poner mi poca inteligencia al servicio de mi sensibilidad. No quiero pensar en juzgar, sino ahondar en mis sensaciones y sentimientos. Voluntaria limitación.

La inclinación sobre la complejidad de las sensaciones y las pasiones, descubren corredores secretos entre el sueño y la vigilia, el amor y el odio, la ausencia y la presencia. Este poemario es una exploración a estos corredores.